DIA 4
EL ESPIRITU SANTO PARTICIPO EN LA CREACION
EL ESPIRITU SANTO PARTICIPO EN LA CREACION
CUANDO FUI ORDENADO al ministerio en Ashland, Kentucky, en 1964, fui cuestionado públicamente por uno de mis antiguos mentores, el Dr. N.B. Magruder. Quería que le demostrara a la congregación que era digno de ser ordenado, así que me hizo algunas preguntas teológicas. No tenía idea de lo que se avecinaba. Una de las preguntas se refería al atributo de eternidad del Espíritu Santo. El Dr. Magruder me pidió que explicara al Espíritu Santo en el Antiguo Testamento. Yo no estaba preparado para esa pregunta. No obstante, comencé refiriéndome al papel del Espíritu Santo en la Creación, después de lo cual hablé de todo lo que pude pensar con respecto a este tema. Apenas y salí bien librado, pero ese evento me llevó a pensar a mayor profundidad con respecto a la enseñanza del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento.
Como veremos más adelante, hay muchas referencias al Espíritu Santo en el Antiguo Testamento, algunas de las que expondré conforme vayamos avanzando en este libro. Él estuvo, de hecho, presente y activo todo el tiempo; ¡desde la Creación en adelante! Por ejemplo, Faraón discernió que el Espíritu de Dios estaba en José (Génesis 41:38). Bezalel fue “llenado del Espíritu de Dios” (Éxodo 31:3). El “Espíritu del Señor” vino sobre Otoniel (Jueces 3:9-10), Gedeón (Jueces 6:34), Jefté (Jueces 11:29), Saúl (1 Samuel 10:10), y David (1 Samuel 16:13). El Espíritu Santo estaba detrás del ministerio de Elías (1 Reyes 18:12; 2 Reyes 2:16). El Espíritu de Dios vino sobre Azarías (2 Crónicas 15:1) y Zacarías (2 Crónicas 24:20). Las referencias al Espíritu Santo se repiten una y otra vez. Una de las mayores es esta: “No será por la fuerza ni por ningún poder, sino por mi Espíritu—dice el Señor Todopoderoso—” (Zacarías 4:6).
Pero de vuelta a la Creación: Dios el Padre fue el agente primario en iniciar el acto de la Creación. No obstante, el Hijo y el Espíritu Santo también estaban activos. El Hijo a menudo es descrito como Aquel “por medio” del cual la Creación fue hecha. “Por medio de él todas las cosas fueron creadas; sin él, nada de lo creado llegó a existir” (Juan 1:3). Pablo dijo que hay un “un solo Señor, es decir, Jesucristo, por quien todo existe y por medio del cual vivimos” (1 Corintios 8:6). La Biblia dice que “por medio de él [el Hijo] [Dios] hizo el universo” (Hebreos 1:2). En la misma manera el Espíritu Santo estaba obrando en la Creación. El Espíritu Santo es generalmente descrito como completando, llenando y dando vida a la Creación de Dios.
“Y el Espíritu de Dios iba y venía sobre la superficie de las aguas” (Génesis 1:2), indicando una función perseverante, sustentadora y gobernante. “El Espíritu de Dios me ha creado; me infunde vida el hálito del Todopoderoso” (Job 33:4). La palabra Espíritu en el Antiguo Testamento proviene a la palabra hebrea ruach, que quiere decir “viento”, “aliento” o “espíritu”. El viento de Dios—o aliento de Dios—podría ser una manera figurada de referirse a la actividad del Espíritu Santo en la Creación. Así que el salmista, al hablar de la gran actividad de las criaturas de la tierra y el mar dice: “Pero si envías tu Espíritu, son creados” (Salmos 104:30).
Como acabamos de ver, la segunda persona de la Trinidad, es descrita como Creador. Pablo escribió: “Porque por medio de él fueron creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles, sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido creado por medio de él y para él. Él es anterior a todas las cosas, que por medio de él forman un todo coherente” (Colosenses 1:16-17).
Algunas de estas líneas podrían igualmente describir al Espíritu Santo; por ejemplo, Él es anterior a todas las cosas. El punto es que no debemos olvidar que el Espíritu Santo participó en la Creación, al igual que Jesús.