DIA 39
El Espiritu Santo interceda por nosotros
El Espiritu Santo intercede por nosotros
ALGUNA VEZ SE ha preguntado si estaba verdaderamente orando en la voluntad de Dios? O, ¿ha deseado estar seguro de estar orando la voluntad de Dios? Después de todo, Dios solamente nos escucha cuando oramos en su voluntad (1 Juan 5:14). Juan añade: “Y si sabemos que Dios oye [un gran “y si”] todas nuestras oraciones, podemos estar seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido” (v. 15). Este tipo de saber es bastante raro, en mi opinión. Por lo menos mi propia experiencia me sugiere que es raro. Usted quizá responda: “Pero si usted fuera más espiritual, usted sabría todo el tiempo que está orando en la voluntad de Dios”. ¿En serio? ¿Qué hay del apóstol Pablo? ¿Diría usted que era un hombre espiritual? Y no obstante dijo: Así mismo, en nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios. —ROMANOS 8:26-27
Según Pablo, entonces, el Espíritu Santo intercede por nosotros cuando no sabemos cómo orar o por qué orar, pero el Espíritu sabe e intercede en la voluntad de Dios. El problema es que a usted y a mí no nos es dado conocer el contenido de la intercesión del Espíritu Santo. Si solamente pudiéramos tener línea directa al trono de la gracia y escucháramos la oración real del Espíritu Santo (como en los viejos tiempos, cuando algunos de nosotros teníamos líneas compartidas y podíamos oír las conversaciones de otras personas), ¡entonces podríamos conocer la voluntad de Dios en ese momento! Pero nos guste o no, no sabemos lo que el Espíritu Santo está orando. Sabemos que intercede por nosotros “con gemidos que no pueden expresarse con palabras” (“con gemidos indecibles”, RVR 1960). La pregunta es esta: ¿Quién es el que gime? ¿Es el Espíritu Santo? ¿Somos nosotros? ¿Somos ambos? ¿Podría ser que gemimos cuando oramos pero sabemos que el Espíritu gime con nosotros? No siempre podemos poner nuestras oraciones en palabras. Algunas veces usted no puede articular los pensamientos. Simplemente gime. Ruega interiormente. Anhela. Pero hay un gran agregado en este dilema interno: el Espíritu Santo entra y ora por nosotros. ¡Y cuando lo hace es siempre según la voluntad de Dios! Cuando Pablo dice que Cristo “también” intercede por nosotros, ¿significa que además de todo lo que ha hecho por nosotros que también intercede por nosotros (v. 34, RVR 1960)? ¿O esto significa que no solamente el Espíritu Santo intercede por nosotros, sino que “también” Cristo intercede por nosotros? ¡Como sea, sabemos que tanto Jesús como el Espíritu Santo interceden por nosotros!
Estos dos intercesores tienen en común que sus oraciones por nosotros son conforme a la voluntad de Dios. Cuando Pablo dijo: “Vivo por fe en el Hijo de Dios” (Gálatas 2:20, PDT), ¡parte del significado es que Jesús ora por él con una fe perfecta! Pablo sabe que su propia fe es imperfecta. Pero cuando vive por la fe del Hijo de Dios, Pablo se da cuenta de que Jesús siempre está orando por él con fe perfecta y en la voluntad de Dios. Y Pablo depende de eso. Si Pablo vive por la fe del Hijo de Dios, también se desprende que podemos vivir por la fe del Espíritu Santo. Porque cuando el Espíritu intercede por nosotros, Él no dice: “¡Por favor, ayuda mi incredulidad!”. Para nada. Cuando el Espíritu Santo intercede, sabe que su oración será respondida porque solamente Él intercede conforme a la voluntad de Dios. ¡Y yo puedo vivir por eso!
Pregunta: ¿Los gemidos que no se pueden expresar con palabras se refiere a orar en lenguas? Sí, en mi honesta opinión. Lo digo porque: (1) Pablo admite que cuando habla u ora en lenguas no tiene idea de lo que está diciendo, que solamente Dios lo sabe (1 Corintios 14:2); (2) Pablo habla de orar con el espíritu (v. 15), que es lo que orar en lenguas es, según el contexto; y (3) Pablo añade que habla en lenguas más que cualquiera en Corinto (v. 18). Por lo tanto, hace perfecto sentido cuando Pablo no sabe cómo orar pero que ora con gemidos que estaría orando en lenguas en ese momento. Después de todo, ¿no queremos todos estar seguros de estar orando conforme a la voluntad de Dios? No estoy diciendo que los que no oran en lenguas no obtienen el beneficio de Romanos 8:26-27. Dios podría escuchar nuestros suspiros más sentidos sin orar en lenguas. Pero es ciertamente un momento muy apropiado para orar en lenguas cuando uno está llevando una carga pesada. Porque orar en el Espíritu es orar conforme a la voluntad de Dios. Usted no sabe lo que está diciendo. Usted no sabe como orar.
Así que orar en lenguas llena el hueco maravillosamente. Esto significa que hay por lo menos cuatro ocasiones en las usted puede saber que está orando conforme a la voluntad de Dios. (1) cuando el Espíritu le revela cuál es la voluntad de Dios mientras está orando (1 Juan 5:15); (2) cuando ora el Padrenuestro; Jesús dijo que cuando oráramos, dijéramos: “Padre nuestro . . . ”; (3) cuando pide sabiduría (Santiago 1:5); y (4) cuando ora en el Espíritu (Romanos 8:26-27; Judas 1:20).
¡Qué fantástico beneficio suplementario de ser un cristiano lleno del Espíritu!