DIA 30

El Espiritu Santo predecirá el futuro

El Espiritu Santo predecirá el futuro


EL ESPÍRITU SANTO no solamente es omnipresente sino también omnisciente. Esto significa que no puede aprender. Pero no se sienta mal por Él. Porque ya sabe todo. Esto incluye el conocimiento del futuro. El teísmo abierto (una enseñanza letal) dice que Dios no conoce el futuro, sino que aprende de nosotros y que necesita nuestro consejo sobre qué hacer después.


En mi libro Fuego santo refiero un incidente que sucedió en Carlisle, Ohio, en 1962. Siete años antes—cuando todavía estaba en Nashville—tuve una visión abierta de estar en una iglesia que tenía asientos estilo teatro en lugar de bancos, pero con ventanas en solamente un lado del auditorio. No tenía idea de dónde estaba esta iglesia. Observé que en la visión mi padre estaba presente y llevaba un traje verde menta (lo cual era bastante extraño), y vino caminando por todo el pasillo central hasta el frente. Luego volteó y se fue en la misma dirección. Eso fue todo. No tenía idea de lo que podría significar. Cuando prediqué por primera vez en esa iglesia en la primavera de 1962, observé que el edificio no tenía ventanas en un lado; que la iglesia tenía asientos estilo teatro con un pasillo en el centro. Más tarde nos mudamos a Carlisle desde Florida y comencé un ministerio allí el 1 de julio de 1962. Cuando mi padre me llamó por teléfono varios días después para decirme que vendría y me escucharía predicar al domingo siguiente, le dije a Louise como vendría vestido. Sorpresa, sorpresa; usó el mismo traje que vi en la visión. Cuando el servicio terminó, vi a mi padre caminar por todo el pasillo central hasta el frente. Luego volteó y regresó por donde vino. Eso fue todo; exactamente como sucedió en la visión. Era como si yo hubiera visto una película del incidente siete años antes. ¿Cuál fue el propósito? Primero, estoy seguro que la razón fue que quizá yo supiera que estaba en la voluntad de Dios. Mi tiempo en Carlisle fue extremadamente duro. Fue traumático. Pero jamás dudé de que Dios me quería allí. El cumplimiento de la visión fue muy consolador. Y segundo, la visión prueba que Dios conoce el futuro: perfectamente.


“Les anunciará las cosas por venir”, dijo Jesús (Juan 16:13). Que Dios conoce el futuro es la base de la profecía. En este libro hemos visto varias referencias al Espíritu Santo en el Antiguo Testamento. Todas las profecías en el Antiguo Testamento—desde Moisés a Elías y de Samuel a Malaquías—nacieron del Espíritu Santo. Escribí un libro basado en Isaías 53, llamado Why Jesus Died 1 [Por qué murió Jesús]. Isaías 53 está escrito de tal manera que uno se sorprende de que los judíos de hoy puedan leer todo ese capítulo y no ver cómo Jesús y su muerte fueron perfectamente predichas y cumplidas. “Yo anuncio el fin desde el principio; desde los tiempos antiguos, lo que está por venir. Yo digo: Mi propósito se cumplirá, y haré todo lo que deseo” (Isaías 46:10). Así fue como Agabo supo que venía una hambruna (Hechos 11:28). Así fue como Pablo supo que el barco en el que iba naufragaría (Hechos 27:23-26). Dios también conoce el presente perfectamente. Así fue como el Espíritu Santo pudo comunicarle a Ananías que el famoso Saulo de Tarso se acababa de convertir (Hechos 9:10-16). Jamás lo olvide: Dios conoce el final desde el principio. Conoce el futuro tan perfectamente como conoce el pasado.


Una de las más grandes “pruebas de Dios” (si es que alguien las necesita) y evidencias para la infalibilidad de la Biblia es el hecho de que la profecía se ha cumplido. No habría profecía si Dios no conociera el futuro, perfectamente. Cuando a alguien se le da una verdadera palabra profética, es porque están siendo llevados en el Espíritu en una manera especial, solo porque Él conoce el pasado, el presente y el futuro perfectamente.


Algunas personas preguntan: “¿Cómo pudo el profeta Natán en un momento pronunciar que el pecado de adulterio y asesinato de David había sido perdonado si la Ley no lo permitía?”. “El Señor ha perdonado ya tu pecado”, dijo Natán (2 Samuel 12:13). Y, no obstante, la palabra de Natán fue directamente en contra de la Ley Mosaica que exigía muerte por apedreamiento en caso de adulterio o asesinato. David cometió ambos pecados. Y no obstante Dios lo perdonó de inmediato, según Natán. Fue porqué Natán fue llevado en el Espíritu, y vio que la muerte de Jesucristo remueve todo pecado; incluyendo el pecado intencional. La Ley no tenía provisión para el pecado intencional. Natán por el Espíritu Santo trajo esta verdad y se la aplicó a David. Así, de hecho, era la manera en que cualquiera en el Antiguo Testamento era salvo. Es el futuro traído al presente. De hecho, la sanidad es el escaton—el día postrero en el que seremos glorificados— traído al presente. Dios conoce el final desde el principio.


Si uno predice lo que va a venir, es solamente porque el Espíritu Santo trae el futuro al presente (por llamarlo así) para que se pueda ver anticipadamente. Algunas veces es una visión clara (como la mía) que se cumplirá literalmente. Algunas veces una profecía puede ser dada simbólicamente: que a uno le es dado ver lo que está en el futuro pero no literalmente. Isaías 53 está escrito de talmanera que solamente podía ser completamente entendido después de que el evento sucedió.


En cualquier caso, el Espíritu Santo puede mostrar “las cosas por venir” cuando le plazca hacerlo.


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